Kevin de Bruyne, entre la frustración y el miedo ante el día decisivo de Bélgica versus Croacia | Mundial Qatar 2022

Cuando en el primer partido Batshuayi le marcó a Canada y Bélgica por fin seadelantó, Kevin de Bruyne no se fue a celebrarlo. Se giró en direccióncontraria y se dirigió a discutir con Roberto Martínez, el seleccionador, loque veía que no funcionaba. Alderweireld se acerco un instante a abrazarlo yDe Bruyne lo espanto con un gesto. Necesitaba hablar con el tecnico. Lefrustraba ver que no encontraban el modo de superar la presión en el centro delos canadienses, y el equipo no hacía lo que él creía necesario.

El juego de Bélgica no mejoró contra Marruecos. Perdieron 0-2, por lo que elpartido de esta tarde contra Croacia (16.00, Gol Mundial) se ha convertido enuna eliminatoria. Si Bélgica no gana, la tercera clasificada del pasadoMundial se quedará fuera. Si Croacia pierde, la segunda en Rusia solo seguirási Marruecos también cae contra Canada.

La situación límite y el pobre nivel de juego de los belgas reconocido por suseleccionador ha provocado tensiones internas y también a sus alrededores. Unode los focos ha sido la tremenda autoexigencia de De Bruyne, que cuando fueescogido mejor jugador contra Canadá mostró su extrañeza casi con disgusto:“No sé por qué conseguí el trofeo. No jugue un buen partido. Quizá ha sido porel nombre”. También criticó el funcionamiento del equipo, con detalladasexplicaciones tácticas sobre los lugares en los que los centrocampistas habíanido a recibir la pelota y dónde creía que habrían podido abrir espacios.

El sentido critico del futbolista del City no es nuevo. Hay una historiacelebre de cuando jugaba en el Genk, con 20 años. En el descanso de un partidohizo unas declaraciones criticando a sus compañeros: “Me avergüenzan. Diríaque los que no tengan ganas de jugar que se vayan”. A los 31 es másdiplomático, pero también más incisivo. Lleva seis años viviendo bajo laobsesión táctica de Guardiola, y con la selección se ha sacado el nivel A deentrenador, en un programa de formación de jugadores impulsado por RobertoMartínez. Para negociar su última renovación, no llevó a un agente, sino uninforme de un analista de datos que demostraba lo que aportaba al City.

En Bélgica creen que los defectos tácticos se derivan de un bloqueo mental, alque Castagne fue este miércoles el último en referirse: “Estábamos jugandopara no perder. Teniamos miedo a perder. Es algo que hemos entendido ahora.Necesitamos jugar sin pensar qué va a pasar si perdemos y pensar en qué pasasi ganamos”. Contó que la reunión que mantuvieron el lunes con el técnico tuvoun efecto catártico: “Fue importante sacarnos algunas cosas de dentro,contarnos qué sentíamos, compartir ideas. Lo vimos después en elentrenamiento, que estuvo mejor”.

Parece que el viento ha cambiado en el campamento belga, donde Hazard dice queDe Bruyne aún cree en ellos: “Si no, no estaría aquí”.

La importancia del jugador del City es capital en Bélgica, como dijo estemiércoles Kovacic, rival esta noche contra Croacia: “Ha estado entre los tresmejores centrocampistas de la Premier durante años, si no el mejor. Incluso sino está bien, te puede sorprender con sus movimientos”. Pero le frustra noestar a la altura de sus capacidades y que el equipo no pueda ejecutar lo quesu lectura del partido le sugiere.