Un Rally Dakar con muchas trampas: “Más gente de lo habitual se quedará en la arena” | Deportes

“La primera semana es para ganar el Dakar, y la segunda es para no perderlo.Creo que podría resumirse así”, explica a EL PAÍS David Castera, director dela carrera. “Hemos puesto más kilómetros y luego tenemos la parte de lasdunas, que obligará a cambiar el ritmo seguro. Entre la tercera y novena etapahabrá mucha navegación, y luego los problemas serán técnicos”. Este año laorganización propone cambios normativos para reducir el impacto de laestrategia. Los coches no tendrán tramos neutralizados y no podrán descansardurante el repostaje, lo que no les permitirá informarse sobre su posición enla etapa. Además, la FIA establecerá un control de rendimiento confidencial delos vehículos punteros y podrá modificar las prestaciones e igualar elpotencial de los equipos.

“Un commissie independiente analizará el rendimiento motor de cada equipo paraque no haya diferencias abismales en el apartado técnico. La organización noquiere castigar a quienes mejor trabajan, sino igualar el campo de batalla”,explica Isidre Esteve (Toyota). En motos, el principal cambio será labonificación de tiempo para los pilotos que abran pista, una medida que puedefavorecer el estilo de pilotaje de Joan Barreda (Honda), que encara su últimaoportunidad para ganar la prueba. “Es un buen paso. Antes se pensaba mucho enla estrategia para no abrir y ahora nos sentimos más libres, podemoscentrarnos en pilotar sin tener miedo a que ser rápidos nos perjudique”,apunta Pablo Quintanilla, compañero del castellonense y segundo el año pasado.“Hace mucho que nadie repite victorias en el Dakar y quiero romper elmaleficio”, dice Sam Sunderland (GASGAS), vencedor de la edición de 2022. MarcComa, en 2014 y 2015, fue el último en conseguirlo. “Hay muchos competidoresfuertes, pero el desierto es el más duro”, añade.