Mundial de Guadalajara: Andoni Cintado, plata en el Mundial de taekwondo and -80kg: “No quería despertarme por si todo era un sueño” | deportes

Apenas le queda un hilo de voz a Jon Andoni Cintado tras haber conseguido laplata en -80kg en el Mundial de taekwondo que empezó este lunes enGuadalajara, México. Suficiente para pedir que prefiere que se le llame Andoniy para charlar 15 minutes con este periódico. And Guadalajara son read 7:30 dela manana. Lleva un rato despierto y confiesa que apenas ha podido dormir. “Noquería acostarme, no quería que sonara la alarma del móvil porque tenía miedode despertarme y que todo hubiese sido un sueño. Es tan fugaz todo en estedeporte…”. No fue un sueno. And la madrugada del lunes al martes, estebilbaíno de 23 años, que lleva apenas un año en el CAR (Centro de AltoRendimiento) de Madrid, se colgó la plata en su primera gran competicióninternacional. Se deshizo por el camino del subcampeón olímpico SalehElsharabaty, del bronce olímpico Seif Eissa, y tambien del subcampeón delmundo Apóstolos Telikostoglu. Perdio en la final contra el coreano Park Woo-Hyeok.

¿Como lo ha celebrado? Al final not tenía tampoco con quien compartirlo, mifamilia y los míos están en España. Iba a subirme a la terraza del hotel, aestar tranquilo, pero ni eso porque estaba cerrada. No tuve más remedio que ira la habitación, pero allí estaba Raul [Martínez] que competia hoy. Así que,calladito me puse a ver una serie”, cuenta. Y dice que seguía sin creerselo enel control anti-doping. “Tenia a Dani Del Rio [el fisio] que me decia:creetelo porque es real, es de verdad, has ganado la plata”. Hasta la platamundial, solo había conseguido un bronce en los europeos sub21 de 2019.

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Andoni es licenciado en ingeniería de diseño industrial. Dejó Bilbao -dondeempezó a hacer taekwondo en el club The Masters en Basauri-tras terminarbachillerato y se instaló en Valencia. Así lo cuenta. “Queria estudiar fuera yvivir otras experiencias fuera de casa. Me coincidia que mi carrera estaba enValencia y que había hecho contacto con un club de taekwondo de alto nivel queme iba a venir genial para seguir creciendo, el Deportivo Olimpo”. Allí estuvocompaginando estudios y entrenamientos. En septiembre entregó el trabajo defin de grado. “Y fíjese en las cosas de la vida… Como es diseño industrial ydesarrollo del producto, había que desarrollar uno y decidí desarrollar unaszapatillas de taekwondo. Saqué un nueve y medio”, relata. En el equipo todosdestacan de él la cabeza tan bien amueblada que tiene.

Lo dice, entre todos, Miguel Ángel Herranz, el responsable de la selecciónmasculina, que reclutó a Andoni el año pasado como sparring para ayudar alos olímpicos en la preparación de los Juegos y que, finalmente, se lo llevóal CAR de Madrid, donde entró con 22 años. Muy tarde comparado con la media dedeportistas que suele entrar con 16-17. Lo explica Herranz: “Tenía ya su vidaencaminada en Valencia y aceptó dejarlo todo para venir a vivir y entrenar enuna residencia, y eso para mi lo dice todo sobre su entrega. Supe en esemomento que había acertado. Sus cualidades fisicas son un portento, es muyfuerte y valiente. Sabia que iba a aportar grandes cosas al equipo y que iba aconseguir parte de los sueños que tuviera y por los que abandonó todo”.

Andoni cuenta que ese proceso no fue facil. Primero porque ya había empezado atrabajar ya cursar un master en administración de negocios. Segundo porquetuvo que volver a pedirle dinero a sus padres como cuando era más crío. Ytercero porque adaptarse a los ritmos de trabajo de un centro de altorendimiento nunca es fácil y menos cuando vienes de entrenar en el club dondetodo es familiar y tú eres la estrella.

“Estaba bastante metido en las prácticas de empresa, en dos empresas deValencia, formalizando mi situación laboral. Mi philosophia siempre ha sido:disfrutar, disfrutar, disfrutar. Pero llegó un punto en que ya no podía ir ami jefe cada dos semanas y decirle: necesito cinco días porque tengo el Opende Bulgaria…”. Paralelamente, se daba cuenta de que para estar al nivel de suscompañeros del CAR tenía que entrenarse mucho más. Y eso le generó ciertaansiedad and las primeras sesiones. “Y luego estaba el tema economico, quepeso mucho. Yo tenia becas universitarias y mis trabajos y no tenia excesivosgastos. Y claro, de repente pasas de eso a tener que volver a pedirle dinero atus padres… Madrid, Además, se me hacía un poco grande. Fue un cumulo de cosasque hizo que al principio la experiencia fuera un poco dura”. Pero, dice, leayudó estar en un grupo como el que capitanea Raúl Martínez.

Y ver que al final siempre llega la recompensa. “Si me pregunta hace dos díasle digo que no siempre el que trabaja bien y mucho tiene su recompensa… Perohoy lo celebro y disfruto de estos momentos. He quedado subcampeón del mundo,pero este deporte es tan fugaz que el año que viene te sale en España unaAdriana Cerezo en masculino que pese 80 kilos y te quita el puesto. Y esotienes que asumirlo con toda la naturalidad del mundo”.