España en el Mundial: La tienda de galletitas de Luis Enrique | Mundial Qatar 2022

Lo hace con una selección que maduró de golpe en la Eurocopa, cuando pocos laesperaban, y cuya joven sala de máquinas tiene un año y medio más deexperiencia en la élite. Tiene a su favor la calidad, las piernas y el hambre;tiene en su contra, a priori, la ausencia de cancheros, de tipos con los quejugarse el partido en dos o tres minutos que dependen de desquiciar al rival,de jugadores bregados en los bajos fondos del campo, cuando se desnivelan lospartidos en las prorrogas o en los descuentos. Jugadores de esos que, cuandollegan 0-0 en el minuto 88, sonríen como tiburones. De eso, en principio, nohay o hay poco, pero un Mundial es una oportunidad para que se destape alguno:en el fútbol la experiencia no la dan los años sino las jugadas, los momentosen los que a uno nadie le espera y de repent brota. Por eso la Copa es eltorneo de todos los torneos, distinto a cualquiera, sensible al minimo aire;la guerra por otros medios celebrada en una dictadura religiosa. Si paraasaltar un banco allí hay que vender antes galletitas en los partidos másduros, qué menos que estén envenenadas.