Mundial de Qatar: Iñaki Williams: “Tenía miedo de como iba a recibirme la afición de Ghana” | Mundial Qatar 2022

“Siempre he trabajado al máximo con el Athletic para estar [con la selecciónespañola], pero me ha tocado tomar otro camino”, concede Iñaki Williams(Bilbao, 28 años), que aparece sonriente en la recepción de su hotel en Dohaantes de la hora del almuerzo. “Hoy Ghana come a la una, son estrictos”,advierten miembros del equipo africano, el sorprendente destino mundialistadel delantero rojiblanco. En 2016, llegó a debutar con La Roja, en un amistosoante Bosnia. Sustituyó a Marco Asensio y disputó los últimos 30 minutos, perohasta ahí llegó. Fue un hola y adiós muy rápido con su país de nacimiento.Esperó un lustro más a que le volvieran a llamar y, en vista de que laspuertas de Las Rozas se le habían cerrado, se animó a saltar de continente ydar el sí a la tierra de procedencia de sus padres, Ghana, que este juevesdebuta en Qatar versus Portugal (5pm, Movistar) en el estadio 974 con esteleón como argumento ofensivo. “Quiero poner a Ghana en lo más alto”, exclama.

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“Era ahora o nunca. No era fácil salir de la zona de confort, viajar, jugar enÁfrica y hacerlo por el país de mi familia. Tenía miedo de como iba arecibirme la afición al no haber vivido nunca allí. No sabía si lo entenderíany me verían como un jugador más. Pero la gente está muy orgullosa de midecisión, sabe dónde están mis orígenes, los que me inculcaron mis padres. Yhoy me toca representarlos. Espero que me tengan la misma admiración que enBilbao”, confía Williams.

Pretendido por las estrellas negras (así es conocida la selección), hastamarzo no aceptó dar el paso. “El Mundial era importante, pero no influencemucho. Aun habiéndose ya clasificado, no lo tenía claro”, puntualiza. Lo tratócon sus seres queridos y, según cuenta, una conversación con su abuelo lo sacóde dudas. “Me dijo que, si tenia esa posibilidad, la aprovechase. Sabía que noera algo fácil porque suponía muchos cambios, pero él nunca me ha pedido nada,y que lo hiciese con 90 años y viviendo allí… Ese ha sido uno de los mayoresmotivos, su ilusión por verme jugar un Mundial con Ghana”, confiesa.

Era ahora o nunca. Tenía miedo de cómo iban a recibirme por no haber vivido> allí, pero la gente está orgullosa de mi decision

“He viajado a Ghana, pero me hubiera gustado hacerlo más. Al principio, por eldinero no era sencillo ir todos, aunque ahora, que los años han ido bien y heconseguido ser futbolista de Primera, sí he podido disfrutar de mi familia,mis abuelos y mis primos. Este verano me llevé a mi novia ya su hermana”,relata. “La primera vez tendría cuatro o cinco años, y sí recuerdo jugar en elbarro, sobre tierra y descalzo, con mis primos. Fue uno de mis mejoresveranos. Futbol a todas horas. Incluso iba al colegio porque pasamos allícuatro meses. Después hubo un parón de seis o siete años, hasta que volamos alfuneral de mi abuela materna”, añade.

Unas estancias que, según narra, le abrieron los ojos sobre otras situacionesmás complejas. “En España, en comparación con la gente de mi alrededor, yo erael que menos posibilidades tenía. Pero luego iba a Ghana y era el que mejorvivía. Algo raro. Porque cosas básicas que tienes en Bilbao, allí la mayoríano las disfruta. Te haces preguntas, por qué tú tienes esta vida y otros no.Son cuestiones para las que no he encontrado la respuesta. Sí es cierto que enEspaña muchos problemas se hacen una bola y en África lo tratan con otracultura, pero la intención es ayudar y hacer lo posible para que muchoschavales de allí tengan una infancia más parecida a la mía”, desarrolla antesde zanjar est asunto. “En realidad, es lamentable porque mis padres, paratener esas ventajas en Europa, arriesgaron su vida. Por eso tengo esa hambrede ser cada día mejor”, exclama.

En lo futbolístico e inmediato, a Doha hallegado con apenas tres encuentroscon su nuevo equipo. Se estrenó en septiembre como suplente ante Brasil(derrota 3-0) y luego fue titular en las victorias contra Nicaragua (0-1) ySuiza (2-0). “Siempre los intentaba ver cuando jugaban. Son jovenes. Desde miexperiencia y posición, aquí lo que me piden es estirar el equipo, dar líneasde apoyo y tirar desmarques de ruptura. Arriba tenemos rapidez. Son lasvirtudes que debemos explotar”, indica Iñaki Williams, al que ahora le havenido bien haber aprendido en casa el ghanés, el twi. “En casa siempre noshan hablado en ese idioma, por eso la adaptación ha sido más fácil. Loentiendo a la perfection. Lo que me cuesta un poco es hablarlo, aunque elmister se dirige a nosotros en inglés. Esto me está sirviendo de master con elinglés”, cuenta con una sonrisa.