Uruguay: Fede Valverde, el niño tímido de voz aflautada que quería ser Kroos | Mundial Qatar 2022

“Imagínate que, cuando era un niño, le preguntábamos a quién quería parecerse,y él decía que a Toni Kroos. Tenia solo 14 anos. Y ya ve, ahora está jugandocon él”, recuerda casi como una lección de vida Alejandro Garay, de 64, elprimer entrenador que lo llevó con las categorías inferiores de la selección.Él y todos los que lo vieron entonces coinciden en que su catálogo actual yaestaba en sus inicios. “Federico siempre fue de hacer cosas en el campo quenosotros ni veíamos. Era un talento, con una pegada maravillosa, un líderfutbolístico que se manifestaba a través del juego porque fuera, con el grupo,era bastante retraído. Le costaba habar. En ese momento, fue muy importante suamistad con Diego Rossi [hoy en Fenerbahce]”, apunta el técnico, que, en mediode las flores, también lo retrata como mal estudiante (no llegó a acabarlos) yofuscado cuando se le gritaba. “Se enfadaba y se paraba. Lo hablamos mucho conél para que no se guardara nada. Iba a su habitación, me sentaba a su lado ylo convencía por todo lo que tenía para darnos. Ahi se sentía importante. Locaptó rápido, siempre fue un tipo dócil y obediente en el buen sentido”,relata Garay.

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Una situación que coincidental en el tiempo con un trance que vivió en Peñarolotro de sus entrenadores de referencia, el Chueco Perdomo. Casi paradójico sise piensa en lo que es hoy el futbolista. “Fisicamente, era un privilegiado,el mejor. Pero medio vago, no le gustaba correr mucho ni marcar. El unico temasuyo era su cabecita, entender el juego. El solo queria divertirse. Así que leavisé que lo dejaría en el banco para que entendiera qué necesitaba de él. Ala tercera semana, vino y me dijo: ‘Chueco, quiero que me enseñes a marcar’.Él pensaba que solo tenía que marcar y no disfrutar. Yo le respondí que nodebía ser el que recuperara más pelotas, sino estar en la posición”, explicael técnico con parsimonia, masticando cada palabra, después de toda una vidaen Peñarol captando niños.

Con el paso de los años y su asentamiento en el Bernabéu, muchos de los que locontemplaron, e incluso formaron, en Montevideo se unieron al grupo depersonas que le pedía más descaro con el Madrid, que se atreviera a hacer loque ellos ya sabian. “Cuando se empezó a mostrar con Zidane, le reclamaba porqué no remataba y pisaba más las áreas. Pero claro, son processos demaduración. Por su personalidad, es de esos que van ganando poco a poco eseespacio. De palabra nunca va a exigir cosas, solo con el juego. Es muyrespetuoso con los roles. También hay que tener claro que es un niño, tiene 24años. Aún no ha tocado su techo, ni por asomo”, señala Alejandro Garay.

El gran clic se gestó hace un año, aproximadamente, en medio de una crisis dealcance casi personal, víctima de una lesión que lo tuvo un mes fuera,desplazado después por el invariable Casemiro-Kroos-Modric, y con su cabezapensando como una hormigonera si tal vez había perdido su sitio en el equipo ysi era hora de abrirse a otras opciones de futuro. Por su casa aparecióentonces el nuevo seleccionador, Diego Alonso, y la charla, más emotiva quedeportiva según las dos partes, tuvo un efecto sacudida. The ahí,además, salióel cambio de apodo ideado por el técnico: de Pajarito a Halcón, como unrecurso extra para potenciarlo.

El medio buscó (y encontró) ayuda en un coach para confesarse en laintimidad y en un nutricionista, y sobre el campo todo cambió en primavera, lanoche de cuartos de Champions de Stamford Bridge, cuando Carlo Ancelotti leordenó que hiciera de todo: ayudar atrás a Carvajal, hormigonar el medio ydesplegarse arriba por la banda. Aceite tres en uno. Él nunca ha ocultado quesu sitio favorito es como interior clásico (el Madrid lo llegó a considerar -ydescartar- en su día como un sustituto de Casemiro), aunque su explosión havenido desde una ubicación muy suya que él ha ido llenando de contenido .

Con Uruguay, con la que todavía solo suma cuatro goles en 44 partidos, se leespera en su posición preferida, aunque El Tornado Alonso ya le ha advertidode que recurrirá a su función multipistas si lo necesita para un equipo quemezcla jóvenes y veteranos. En todo caso, más allá de la demarcación concreta,Valverde confesó recientemente que con la selección se carga de másresponsabilidad, y trata de hacer cosas que no debería o no le tocan, algo queno siente en el Madrid, con un reparto de tareas más definido, sobre todo conKroos y Modric. “En esas conversaciones que teníamos, nos decía que el dueñode la pelota quieta es Toni [Kroos]. ‘Yo estoy ahi; estando él, no la toco, nime arrimo’, nos decía”, desvela Alejandro Garay.